Efectos físicos del consumo: los cocainómanos adictos suelen estar delgados en exceso, da trastornos sexuales por el efecto anestésico, pues se retrasa el orgasmo. Provoca midriasis (mirada cristalina), sequedad de boca, sudoración, irritabilidad y agresividad.
Síndrome de abstinencia: depresión, apatía, somnolencia, dolores musculares, intranquilidad y crisis afectivas.
Patologías asociadas: alteraciones de la nutrición, cardiovasculares, del sistema nervioso, sexuales, obstétricas y ginecológicas, complicaciones de la vía nasal (perforación del tabique) o respiratoria.
Consecuencias psicosociales: produce una falta de apetito, inquietud y agitación, insomnio, alteración de las sensaciones, irritabilidad, crisis de angustia, compulsividad, déficits de atención y memoria, alteraciones del deseo sexual, apatía, depresión, intentos de suicidio, psicosis aguda, rasgos paranoicos y alucinaciones. Según la edad, clase social y forma de consumo pueden aparecer problemas económicos, laborales, familiares y legales.
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